El director independiente Robinson Díaz da su opinión respecto al último concurso de Gestión Cultural 2018 , organizado por la DAFO-MINISTERIO DE CULTURA.
" En mi opinión, desde que sigo los premios de fomento al cine, éstos se han caracterizado por su marcado carácter conservador, pues, salvo excepciones muy puntuales, los premios iban a parar a proyectos que poco tenían que ver con la actualidad del cine, mucho menos con la vanguardia. Desde las épocas de Conacine hasta la fecha es algo que no ha cambiado mucho.
El último concurso de gestión cultural ha excluido entre sus ganadores al Festival de Lima Independiente y Transcinema. No voy a ocultar que el malestar que esta decisión genera en mí proviene en cierta medida por mi cercanía y colaboración con Lima Independiente. Pero creo que más allá de eso, puedo afirmar que esta decisión confirma una vez más la posición hostil hacia las propuestas que intentan actualizar el quehacer cinematográfico peruano. Es conocido que ambos festivales apuestan decididamente por el cine contemporáneo, una tarea que además se ve complementada con talleres, muchos de ellos gratuitos, por Labs (en el caso de Transcinema), o por la visita de directores muy importantes de la cinematografía actual (como Pedro Costa o Apichatpong Weerasethakul, que llegaron al Perú gracias a Lima Independiente). Es un trabajo sostenido que se ha llevado a cabo año a año, a pesar de las dificultades. ¿Cuál es la razón entonces para decirle no a estos proyectos? Si se trata de desconocimiento, pues entonces sí podemos hablar de una falta de idoneidad del jurado para un concurso de esta naturaleza. Y si se conocía la labor y prestigio de estos festivales, que siempre realizan con muchos esfuerzos y penurias cada una de sus ediciones, ¿por qué negarles el apoyo?
No creo que podamos asumir con tranquilidad e ingenuidad estas decisiones, “porque que se debe simplemente al criterio del jurado, y que por la tanto, a veces unos proyectos ganan y otros pierden”, como he leído por allí. Así se ha venido premiando a un cine peruano que está en la zaga con otras cinematografías, que vive aferrada a una época pasada y cuya calidad, en la mayoría de los casos, deja mucho que desear. En ese sentido el último resultado de gestión cultural reafirma esa tendencia que los proyectos emparentados con la actualidad del cine no son aceptados ni apreciados, por más que tengan un desempeño correcto, sean reconocidos en el exterior y cubran un vacío que todavía es muy grande en el Perú. De hecho hasta parece que hay un rechazo como si estos esfuerzos se trataran de un mal que hay que erradicar.
Sin embargo, no creo que la naturaleza conservadora de los premios sea un problema solo de la Dafo. Si queremos que todo tipo de cine, desde el más conservador y canónico, hasta el más arriesgado y experimental sea representado en los premios del Estado hay que buscar consensos, identificar errores y discutir para hallar una posible solución a este empantanamiento que solo favorece a un sector de nuestra cinematografía (en algunos casos se favorece incluso a los que menos apoyo necesitan, como lo demuestra la última premiación de distribución de largometraje."
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