CRITICA DE TEATRO: EL ÚLTIMO ESTRENO.


El último estreno escrita, dirigida y producida por Giancarlo Mejía es una puesta en escena que muestra y demuestra la pequeña historia que no se escribe ni se ve de cómo se encuentra escondida ésta detrás de los pequeños y grandes egos de quienes la interpretan para el dificil arte de hacer teatro en el Perú.

Se trata de una comedia ligera que en determinados momentos es una tragicomedia que muestran a un director de teatro y cuatro actores (no necesariamente de teatro) que se han puesto de acuerdo para una temporada: una reciente protagonista de cabello largo y muy cuidado que reclama por la multitud de monólogos abusivos que le toca interpretar (Isabel Chappel) una medio pedante estrella mediática que se preocupa del cobro porque el costo no es muy alto para que una tarifa baja, tan baja en la obra, la vea a ella (Leslie Stewart) como un actorcillo de televisión, principalmente, que no sabe cuándo ni que obra televisiva le tocará interpretar en una futura telenovela (Edwin Vásquez) como un auto atolondrado y auto bombeado medio guerrerito que también reclama una cierta presencia escénica porque no sabe cuándo llegara su chica a visitarlo (Jorge Bardales) así mismo un tolerante director, mayor que ellos (Martín Abrisqueta) constituyen los personajes de El último estreno y es, en éste personaje, donde Mejía coloca su alter ego, el de la vida real en el escenario, tratando de sacar adelante su obra como sea y humillándose ante la pedante estrellita mediática que solo puede ensayar un día en la semana.

Quien está ausente en los diálogos y discusiones como en las malcriadeces de quienes pretenden una profesionalidad lejos de la dramaturgia, es el público, quien no se nos ha presentado, porque lo que Mejía busca ¿eso busca? es eso, que el público que asista se incorpore en sus butacas y vea las presiones que se auto infligen y se infligen los “starlet” mediáticos (starlet es comprendido aquí como estrellita).

Comedia ligera donde director y productor ha apostado mucho y que muestra la condición de la actual escena nacional tan lejana de la época de las largas o medianas temporadas de compañías teatrales porque ahora las formas de producción es la unión para que alguien que ha escrito y quiera decir algo, produzca la misma y obtenga una voz que se dirige no solo a la sonrisa o la risa, a la comedia o a la comedia de equivocaciones, que tan en boga está en el circuito comercial principalmente. Mejía proviene de la escuela de dirección actoral de Jorge Chiarella y demuestra justeza, precisión en su escenario y pude aludir a esa gran ora que Roberto Moll interpretara en el Corral de Comedias allá por los ‘70 Ejercicio para cinco dedos de Peter Schaeffer.

Mérito del dramaturgo productor y director de la obra juntar a actores que interpretan las voces de los iniciados en la escena nacional y cercanos a la farándula local, que resulta un buen cuestionamiento de lo que en la obra sucederá ¿un asesinato? ¿romances encontrados e indiscretos? ¿homosexualismo o lesbianismos escondidos o en pulsión ¿más egos? lo importante de ver será el desenvolvimiento y el desarrollo como el final de El último estreno porque eso es lo que está sucediendo con la última o penúltima generación de actores, directores y dramaturgos de la escena nacional peruana. (Bruno Buendía Sialer)

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