Diego y Daniel Vega ya
habían cosechado críticas favorables en algunos
sectores con películas como
“Octubre” y “El Mudo”, pero en esta aventura
creativa posterior se les
puede sentir más maduros y por eso mismo
con un estilo entre antelado
y diversificado.
“La Bronca” es una película
acerca de la migración por escapar de una
violencia inoculada y
persistente del Perú Fujimorista pero al fin y al cabo
una violencia universal que
no discrimina ni etnias ni nacionalidades
y por aquello esta película
está narrada como un cotidiano juego casi letárgico
de identidades
socioculturales e incluso es polífona.
¿Quién en su vasta vida no
ha estado al borde de una explosión irascible
pero reprimida por factores
inculcativos?
“La Bronca” es dicho en
argot popular una pelea en este contexto una pelea
contra uno mismo que fracasa
por no lograr un autocontrol y en el clímax
la historia roza la tragedia
por un resultado que llega a conmover con sequedad
es decir con un tono que es
sobrio evitando un desenlace melodramático,
y no es un oprobio contra el
mirífico género del melodrama, solamente
es una aprobación respecto a
un ritmo que luego de la sutileza es encomiable
que se explicite cómo quedó
uno de los protagonistas después de la golpiza.
El ingrediente femenino del
argumento se cocina a medias, no es tan relevante
aunque la intención de los
autores pudo ser lo antitético. Ergo, el trío
protagónico de Guerra,
Palacios y Sánchez Patiño vibra. Lenta y consistente.
Por: ALBERTO J. ANGULO CHUMACERO
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