28 FESTIVAL DE CINE DE LIMA: CRITICA DE CINE : EL COLOR DEL CIELO.


 EL COLOR DEL CIELO, de Francisco Adrianzén Merino

Algunos años después de DESDE EL LADO DEL CORAZÓN (2013), Francisco Adrianzén Merino continúa contando (e invitando a reflexionar sobre) la historia de la izquierda en el Perú. EL COLOR DEL CIELO cubre los años que van del paro nacional del 19 de julio de 1977 hasta la formación de Izquierda Unida en 1980.
A través de imágenes y sonidos de archivo y testimonios de exmilitantes de base y exdirigentes, Adrianzén recuerda la conexión que había entre la izquierda y el arte (en particular con el teatro y la llamada Nueva Canción), así como el significado de la militancia para los jóvenes que entonces se enrolaban en los partidos de izquierda movidos por el ideal de hacer la revolución para construir un mejor país en el que se alcanzara la justicia social. Sin embargo, como en DESDE LADO DEL CORAZÓN, el relato no es complaciente; si bien nostálgico, no deja de ser crítico, e inclusive -por momentos- incómodo. La militancia no se hallaba exenta de ingenuidad (“creíamos que la revolución era una fiesta” dice Carlos Iván Degregori) ni de prejuicios machistas, y las dirigencias no se encontraron a la altura de algunas circunstancias clave.
Ya en DESDE EL LADO DEL CORAZÓN, Adrianzén reparaba en el triunfo pírrico de la izquierda en el paro del 19 de julio, que, si bien determinó la caída del régimen militar (que se vio obligado a convocar a elecciones para la Asamblea Constituyente de 1979 y elecciones generales para 1980), significó también el despido de centenares de dirigentes sindicales de sólida formación política que nunca fueron repuestos en su trabajo. DESDE EL LADO DEL CORAZÓN ponía en evidencia la incapacidad de una izquierda joven y excesivamente fragmentada para evaluar adecuadamente, en el momento preciso, el impacto del paro nacional; un balance que pudo haberla llevado quizá a negociar directamente con el gobierno militar la entrega del poder y a evitar el descabezamiento político de los sindicatos.
En EL COLOR DEL CIELO, por su parte, se recuerda la deportación de los dirigentes de izquierda a una cárcel de Argentina en 1978 durante la dictadura de Videla, y el retorno triunfal de estos luego de su elección a la Asamblea Constituyente en la que Hugo Blanco alcanzó más de 300 mil votos, y se aborda con pesar el fracaso de la Alianza Revolucionaria de Izquierda (ARI) -que pudo haber llevado a la izquierda por primera vez al gobierno del país- a causa de mezquinos reclamos de cupos congresales, el desprecio por la demanda de unidad de las bases, la miopía política de los dirigentes y -como indica Javier Diez Canseco en el filme- el temor a ser gobierno (quizá por la sospecha de la propia incapacidad para serlo debido a la falta de solidez organizativa y a las diferencias ideológicas). En el documental, Hugo Blanco (ya anciano) reconoce que el rompimiento de ARI fue el peor error político de su vida.
En el filme se observa que la creación de Izquierda Unida acontece luego de la derrota electoral en 1980, consecuencia -a su vez- de la autodestrucción de ARI. Sin embargo, en ese año también se inicia la lucha armada de Sendero Luminoso. El filme -que incluye el testimonio de Alberto Gálvez Olaechea (ex MIR y ex MRTA) y las voces de Abimael Guzmán y Elena Iparraguirre durante el interrogatorio que les hizo la Comisión de la Verdad y Reconciliación- no evade admitir que el MRTA y Sendero Luminoso formaron parte del espectro de la izquierda peruana, aunque advierte, a través de distintos entrevistados, de la imposibilidad de diálogo entre los partidos de la izquierda legal y un grupo tan extremadamente sectario y dogmático como Sendero Luminoso, que incluso llegó a asesinar a líderes y militantes de Izquierda Unida. No obstante, resuenan las palabras de Alfredo Filomeno, quien apunta que, si bien todos los demás partidos de izquierda deslindaron desde el principio con Sendero Luminoso, no lo hicieron a tiempo con la lucha armada.
El descalabro de una izquierda que fue a fines de los años setenta e inicios de los años ochenta del siglo pasado la de mayor caudal electoral en América Latina, se explica -en opinión de algunos de los entrevistados- por la acción de Sendero Luminoso. Sin embargo, no falta la voz optimista de Rafael Roncagliolo, en el último tercio del documental, quien dice confiar en el resurgimiento del socialismo porque simplemente -según él- es algo deseable para la humanidad a partir del sentido común.
Después de la proyección de EL COLOR DEL CIELO el pasado domingo en el Festival de Cine de Lima, Francisco Adrianzén dijo que estaba evaluando la posibilidad de hacer un nuevo montaje del filme (dura dos horas y media, y podría reeditarse en dos partes). Pienso que quizá también sería oportuna la inclusión de más carteles que orienten cronológica y temáticamente a espectadores que no vivieron en la época que se representa en el documental, así como la exclusión de algunas escenas algo digresivas que escapan por momentos al específico marco temporal de los acontecimientos que se evocan y que pueden generar confusión en audiencias jóvenes. De hacerse un nuevo montaje, además, habrá de optarse por uno de los tres finales que ahora contiene el filme.
Pero, tal como está, EL COLOR DEL CIELO es ya una película valiosa para el conocimiento y el debate de la historia de nuestro país, y un documento honesto hecho con el corazón y la razón por uno de los imprescindibles del cine peruano. Volverá a exhibirse en el Festival de Cine de Lima este viernes 17 de agosto a las 7:00 pm en la Sala Azul del Centro Cultural de la PUCP. ( Por EMILIO BUSTAMANTE)



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