FESTIVAL DE LIMA 2024: “ALGO VIEJO, ALGO NUEVO, ALGO PRESTADO”, “EL OTRO HIJO”, “SUEÑO MEXICANO”



FESTIVAL DE LIMA 2024: “ALGO VIEJO, ALGO NUEVO, ALGO PRESTADO”, “EL OTRO HIJO”, “SUEÑO MEXICANO”]

La edición 28 del festival de cine más grande del Perú inicia el 8 de agosto y aquí les estaremos brindando el detalle de las producciones que iremos apreciando durante las funciones de prensa.
COMPETENCIA LATINOAMERICANA DE FICCIÓN:
-“ALGO VIEJO, ALGO NUEVO, ALGO PRESTADO” (Argentina) de Hernán Rosselli: Aunque ya habíamos reseñado esta producción durante su presentación en la Quincena de Cineastas del Festival de Cannes, actualizamos el texto después de este segundo visionado. Cuando hace documental, Rosselli toma prestados elementos de la ficción y cuando hace ficción, ocurre lo inverso, siendo una constante en su filmografía.

Con el caso presente, va más allá en sus búsquedas al combinar la estética del video casero con una puesta en escena de carácter naturalista para ingresar a la lógica de una familia que vive de las apuestas clandestinas en su bunker personal en casa. La narración, que refleja por momentos el calor familiar contrastado con un cínico accionar criminal normalizado en el contexto de los suburbios bonaerenses, pone como protagonista a la hija mayor (Alejandra Cánepa), asimilada a ese ilegal quehacer, mientras indaga en las turbias explicaciones sobre la muerte de su padre, fundador de ese emporio.

El descubrimiento de una familia oculta de su progenitor y el contacto con un hermano desconocido, da un viraje hacia un thriller perverso que poco a poco va desmenuzando los detalles de una red criminal en la que lo aparente se vuelve tenue ante el duro impacto de la realidad. Con un elenco conformado por actores no profesionales, Rossetti consigue que su historia escale en verosimilitud al tomar un carácter que se empata de manera casi imperceptible con lo cotidiano. En ese sentido, las tomas de videos caseros –ya sea por apropiación o por construcción de época- le dan un carácter testimonial más allá del formato rudimentario que utiliza y que es un logro de la docuficción sobre las narrativas canónicas.

“EL OTRO HIJO” (Colombia) de Juan Sebastián Quebrada: Ya desde su ópera prima, “Días extraños” (2015), era evidente el afán de este cineasta por retratar con intimismo salvaje a personajes que desde un universo cotidiano manifiestan conflictos de honda radicalidad. En el caso de su segundo largo, esa vocación se mantiene latente, aunque el resultado, más allá de una exploración salvaje y con ojo verista sobre el panorama de la juventud de la clase alta bogotana, se queda más en la necesidad de desfogar un episodio fatal de la propia vida del director, con un adolescente (Miguel González) que tras el suicidio de su hermano durante una fiesta, despierta al mundo y a nuevas pulsiones desde la tragedia.

El pulso narrativo y la contextualización del ambiente de clase resultan irreprochables, pero si quedan dudas sobre la capacidad de la historia en sí misma por encontrar un punto de conflicto que la saque de una narración excesivamente horizontal en la que la mirada de su protagonista se hace repetitiva y predecible. Entusiasma la naturalidad del enfoque de Quebrada y su intención de retratar su propio universo entre la frescura y lo chocante, intenciones que se ven disminuidas por un timing que deja pocas sorpresas en el espectador y se refugia más en los sentimientos traumáticos que la muerte deja a su paso. Producida por Franco Lolli, cuyo drama, “Gente de bien” (2014) comparte universos con la obra presente y fue ganadora ese año del Festival de Lima.

COMPETENCIA LATINOAMERICA DOCUMENTAL:
“SUEÑO MEXICANO” (México) de Laura Plancarte: Esta directora, habitual presencia en el circuito de su país entre Morelia y Guadalajara, centra su interés en la exploración del México rural y las inquietudes de sus habitantes en un medio dominado por la anomia social. Por supuesto, el punto de vista femenino siempre está presente y en esta oportunidad toma el protagonismo a través de Malena, una mujer que deja atrás una relación abusiva y a los 3 hijos de ese matrimonio para reconstruir su vida en las afueras de Ciudad de México, basando su nueva condición en la necesidad de reconstruirse con el establecimiento de un nuevo hogar y en tener un hijo, para lo que debe someterse a un tratamiento tras haberse ligado las trompas años atrás.

El propósito la enfrentará a la incomprensión de familiares y amigos, quienes ven en el hecho solamente al cumplimiento de un rol y un gasto, pero Malena ve en esa esperanza un propósito de libertad. Aunque la historia no tiene tapujos en retratar un mundo cotidiano desde la mirada hacia la marginalidad, el machismo normalizado o a rituales que ya son parte de la vida cotidiana de sus representados como el sacrificio de un cerdo (animalistas advertidos), la puesta en escena, que explota muchos recursos de ficción, no deja de hacer sentir a la narración demasiado armada y con evidentes costuras en contraste con la realidad pura que busca representar.

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