CRITICA DE CINE. “IGUALITA A MÌ”, “COSAS DE AMIGOS” Y “LA PENA MÀXIMA” … TRES PELÌCULAS DE CALENDARIO EN ORDEN CRECIENTE

“Igualita a mí” de Felipe Martínez Amador, es un remake de una exitosa comedia argentina, desde ahí nos encontramos ante un estereotipo cíclico acaso faltan ideas a nivel mundial, ¿por qué tantos remakes e incluso tantas adaptaciones de obras literarias?, ¿qué sucede con los guiones originales?, en fin, más reconfortante intelectualmente son los referentes culturales y/o las referencias sociales …no obstante, esta comedia familiar con la dupla protagónica de Carlos Alcántara y Daniela Camaiora que resuelven su cognación descubierta un poco tardíamente y con una Andrea Montenegro que le concede el toque romántico al producto acondicionado o a la obra prefabricada es por eso mismo una película de fórmula …todo es consabido para emitir un vaho de empatía demasiado facilista y los gags o efectos de humor son empastados con ribetes de adición,el inopinado factor a nivel dramatúrgico que uno quisiera como espectador crítico es una utopía porque por ontología no es inherente a esa fórmula narrativa realmente tan cansina.

“Cosas de amigos” de Giovanni Ciccia supera levemente al remake“Recontraloca” del mismo actor y realizador, y también supera pero altamente a “Igualita a mí”, a pesar de ser también un remake.Es, efectivamente, un remake peruano de la coproducción chileno-mexicana “Hazlo como hombre” del chileno Nicolás López.Definitivamente, Ciccia ha demostrado ser un poco virtuoso para la dirección de comedias y para la interacción coordinativa legible con los actores seguramente por su vasta trayectoria como actor en diferentes registros. Esta película recuerda levemente a la estética del primer cine de Neil Labute y lo asevero sin ser ofensivo. Claro, en poquísimos instantes. Un panegírico a nivel de guion: la escena conversacional respecto a que el acto íntimo homosexual por antonomasia tildado como contranatura es como el acto de defecar pero inverso, y en general los diálogos son punzantes o descarnados. Una diatriba: El innecesario cameo del realizador con Bruno Pinasco como una pareja Gay en una fiesta. Respecto a las actuaciones, las caracterizaciones más sólidas por ser las más variables relativamente a solamente rozar la caricatura refinada son las de Rodrigo Sánchez Patiño y Gisela Ponce de León.

“La pena máxima” de Michel Gómez, es un drama con muy buenas intenciones basado en la novela homónima de Santiago Roncagliolo, que cuaja casi totalmente para ser la mejor película de las tres. Con un secundario de lujo, que en paz descanse, Ismael Contreras, el resto del reparto está liderado por los protagonistas Emanuel Soriano, Fiorella Pennano, Augusto Mazzarelli y Úrsula Mármol, existiendo un balance cualitativo; he aquí un traslado epónimo figurativo del contexto sociopolítico turbulento de la novela original al lenguaje propiamente cinematográfico adjuntando un visaje estructural relevante a través del hilo conductor de parangón o analogía muy vaporosa por capítulos entre el campeonato mundial de fútbol y la historia particular, es decir, la película posee una narrativa conciliativa y compacta, aunque el guion presenta muy disipadamente desfases que resultan anfibológicos entre inverosímiles y justificables, el sentido del discurso es expedito mientras destacan más o menos fluidamente los temas respecto a la ética y la represión psicológica. No es una obra maestra, pero es disfrutable. En general, una buena película ideológica que raya la metáfora de una sociedad, y para el limitado cine peruano eso es bastante.

Por: Alberto J. Angulo Chumasero.

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