EL CINEASTA FRANCISCO ADRIANZÉN: SE HA ASESINADO AL CINE PERUANO.


SE HA CONSUMADO EL CRIMEN CONTRA EL CINE PERUANO

No hubo ceremonias ni avisos previos, como querían algunos para dar el ejemplo, fue mas bien todo lo contrario. Como actúan las mafias plagadas de asesinos y ladrones, amparados solamente con la oscuridad de sus almas, el Kongrezoo del 1%, el más repudiado de nuestra historia republicana, ha promulgado por insistencia, hoy día viernes 25 de abril, la Ley 32309, conocida ya en el mundo cultural como la LEY ANTICINE TUDELA-JUAREZ.

Se tomaron su tiempo para envalentonarse. Un poco mas de año y medio desde que una las "principales mentes lúcidas del ilustre Kongrezoo" presentó su proyecto de Ley (PL) que rápidamente ganó el repudio ciudadano. Muchas voces, no solo de cineastas, cuestionaron el carácter represivo y censor del entonces Proyecto de Ley, presentado a la Comisión de Economía. Otros criticaron su carácter elitista y anti nacional, discriminando el cine regional y la falta de una visión completa de la cinematografía, marginando, además, temas importantes como la creación de una Escuela Nacional de Cinematografía, o algo tan necesario y urgente como crear una verdadera Cinemateca Nacional.
A mediados del año pasado, ya sancionada la Ley por un Legislativo que se preocupa más de los lobbies y mafias que del bienestar ciudadano, el rechazo fue tan grande que hasta el Ejecutivo, vía el Ministerio de Cultura, observó formalmente la Ley ante el Congreso. Fue tan convincente en su argumentación que inclusive muchas y muchos cineastas que se habían mantenido vigilantes y activos sobre el tema se creyeron tremendo embeleco. La Ley entró en un limbo de promesas, lobbies, componendas, llamadas de teléfono, chismes y declaraciones puntuales, mientras donde los esfuerzos de burócratas (que por naturaleza solo piensan en el fin de mes) se confundieron con agendas propias de algunos gremios contentos con haber conseguido algún estímulo o convocatoria.
El final de la película ya lo estamos viendo y viviendo. Salvo algunos poquísimos gremios y colectivos que alertaron contra la esencia represiva, censora y antinacional de la ley, los "Defensores del cine peruano" no tenían aliento para ni siquiera publicar un comunicado sobre el tema. La debacle vino sola, lentamente como si no doliera o alegrara a muchos que el tema ya se terminó. Una dirección desorientada, a pesar que habían algunas voces honestas y discordantes, fue subsumida por oportunistas y algunos gremios que jugaron con agendas propias. El resultado lo hemos visto y seguramente lo veremos por un buen tiempo: No fueron capaces de convocar múltiples y masivas voces que "gritaran" permanentemente lo dañina que será para el cine peruano la Ley 32309. Ojalá que nuevas generaciones, tal vez regionales, hagn suya esta lucha por un cine peruano verdaderamente democráico.
A la natural apatía de los cineastas se sumó la atomización de los propios cineastas, tal vez un proceso no tan lento pero que llevó varios años. Muchos pensaron que enfrentarse era una mala palabra y sonaba mas bonito el verbo conciliar, no se quería reconocer que mientras las mentes retrógradas que nos gobiernan hoy, tanto desde el Ejecutivo como desde el Kongrezoo, no concilian sino que arrasan simplemente. Incluso hoy, consumada ya la tragedia, algunos siguen sibilinamente diciendo, que hay que librar al Ejecutivo, Ministerio de Cultura y DAFO (Dirección del Audiovisual, la Fonografía y los Nuevos Medios) de toda responsabilidad. Seguramente serán los que estarán en la primera fila tratando de "conciliar" como redactores "ad honorem" del Reglamento o peor aún como burócratas pagados en el nuevo escritorio encargado a la DAFO, que llevará el pomposo nombre de Dirección Nacional Cinematográfica de la Moral y las Buenas Costumbres, que entre sus tareas calificará las nuevas "películas peruanas" (art. 13 incs. 13.4)
En realidad la Ley Anticine no fue promulgada hoy 25 de abril, ya se había hecho efectiva meses atrás, años tal vez, cuando los cineastas arriaron sus banderas de lucha, independencia y libertad, anteponiendo intereses estrictamente egoístas, dedicándose a defender el status quo y sus representantes, la DAFO. En ese tránsito, dejamos de pensar que el cine, mas allá de nuestra labor individual, es sobre todo resultado de un esfuerzo colectivo y que un marco legal adecuado nos debiera de garantizar ejercer con dignidad nuestra profesión de cara al público y la nación.
Francisco Adrianzén Merino
Lima, 25 de abril de 2025

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