Critica de Teatro: Función para Adultos.

 
Por Bruno Buendia S. 

La obra de Función para adultos ha resultado un éxito no solo por la actuación de Leonardo Torres Vilar, quien interpreta a Don, de 63 años, sino porque se trata de una obra donde prima una soledad que busca afectos dentro, nada menos, de un sex - shop, y en una sociedad norteamericana que bien puede en todo instante, ser la nuestra.

La elección de la obra de por sí es todo un acierto. Los diálogos entre Don y Michael, un chico de 20 años, interpretado por Gabriel Poémape, confluyen en esta relación de padre e hijo, tan compleja en cualquier lugar del mundo. Sin embargo, es en la experiencia de Torres Vilar, quien iba a realizar este proyecto con Ricky Tosso y que ha encontrado en el talento de la dirección de Diana Moscoso, un acierto, el que nos llega ahora, post pandemia, post sida, post caída del muro y hasta post Trump, como dentro de todo lo ocurrido en nuestro país, porque nos toma con un desenvolvimiento y una dirección desenvuelta, a cargo de Moscoso, que no debemos perder de ver.

Hay momentos claves en la puesta en escena, por ejemplo, cuando Don, trapeando el piso, escucha la música de Gilbert O ‘Sullivan, o cuando se inicia la obra misma, con la música de Piensas que soy sexy? interpretada por Rod Stewart. Elementos actorales como el hilo de teléfono extendido, o la caseta porno, y las apariciones anónimas de quienes usan la caseta, o de la muchacha, que va a adquirir un elemento con toda comodidad en la sex shop, cobran vida actual, como nos inquietan, mientras los actores entran y sostienen estos diálogos y elementos, el propio teléfono, elemento tan acertado en la puesta en escena, que hoy prima dentro de la virtualidad.

Sin embargo, son los diálogos entre todos estos personajes, los que se buscan y que comentando la fiereza de los films de Clint Eastwood, son un logro, no solo “setentero” del autor, y los que posibilitan ponernos en las épocas de siempre, como dar miedo y alegría, o que Don de unas monedas para ir al cine a Michael y que conozca a Rose …una chica… para luego derrapar en llanto del joven, con un Poémape con un vestuario discotequero y en parte disparatado, en parte tierno, lo que hacen que la obra cobre una fuerza inusitada a quienes vivimos esa época y nos identifican con la puesta, como a quienes viven esta época precisa de hoy, y también los identificarán, con estos personajes que en algo y en mucho, es lo que busca la dirección de Moscoso.

Dos dinastías teatrales se unen en Función para adultos, la de los Irurita Bernasconi, en un teatro que muestra lo mejor de la actualidad, y la de Torres Vilar, con un Leonardo Torres Vilar que ya en plena madurez, desde hace 30 años, con La ratonera de Agatha Christie, nos presentaba un trabajo teatral imperdible, más aún en esta Función para adultos que con la frescura de la dirección de Alejandra Moscoso, a quien aplaudimos con especial interés, se presenta ante un público y un teatro exigente, y aplaudimos no solo por tratarse de la hija de un ex alumno de nuestro colegio.

Hay que agregar que en el Champagnat estamos acostumbrados a felicitarnos porque nuestros compañeros, ex alumnos, nos den triunfos en el arte, pero nos sorprende gratamente cuando en este caso, es la hija o el hijo de uno de ellos, quien emprenda una responsabilidad escénica tan compleja y lograda, como la de la directora teatral, Diana Moscoso, ha asumido. (Bruno Buendía Sialer)

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