Por: Jorge Delgado (Cineasta, comunicador social).
Lo sucedido está muy bien enmarcado en la crisis de identidad que estamos viviendo los peruanos y la trascendencia a la política.
Mal la PUCP de no sòlo prohibir la obra y más aún todo el festival. El problema está en que ni siquiera sabemos cómo está la obra, ni su contenido. Todo el lío está armado alrededor del afiche.
Si bien dentro de nuestro esquema ideológico y político liberal este afiche debería tener el derecho de exhibirse tal cual, el problema es que la gran mayoría de la población no entiende de estas vainas y su opción es más bien conservadora y autoritaria. Esto que ocurre aquí está sucediendo en todas partes sólo que la movida es más evangèlica que católica.
El Perú es muy mariano, hay mucho culto a la virgen, haberla tocado choca no sólo con la mentalidad, las costumbres, si no con la identidad misma de la gente como sociedad. Este afiche no sólo es irreverente -hasta ahí, pasa- pero en el Perú atenta contra un sentimiento identitario y eso es más jodido.
Se imaginan en Mexico si hubiera tocado a la Guadalupe? lo buscan, linchan al diseñador y le queman la casa. En Rusia una de las acciones políticas de Putin es haber reincorporado a la Iglesia Ortodoxa a los rituales estatales. Una de las demandas que tienen los rusos en Ucrania es justamente que el gobierno fascista prohibió a la iglesia ortodoxa rusa . El tema no es religioso, es político porque busca quebrar, golpear a su identidad. Trump ha ganado las elecciones, en parte porque está contra la mentalidad Woke, liberal, californiana, lo que domina a EEUU y al mundo hoy es el conservadurismo religioso.
En el Perú la gran identidad entre los peruanos es la imagen del Sr. de los Milagros, regionalmente existen otros Cristos y otras vígenes. No me imagino a este afiche en el Cusco con la imagen de la Mamacha Carmen de Paucartambo, o en Puno con la Candelaria, justo antes de febrero. En Lima, en Pueblo Libre, hay unos 100 parques interbarriales, en cada uno de ellos hay una virgen, mayormente de Lourdes o Fátima, me confundo, son casi iguales. Es impresionante la cantidad de vírgenes que hay en los barrios limeños y no les faltan flores. Meterse con la Virgen es meterse con la gente.
Creo que los autores no midieron los efectos de su irreverencia, en parte creo que porque es ideológica más que marketera, por lo tanto el conflicto no es sólo político, con los gobernantes de turno y las autoridades de la universidad, el conflicto es social, con la gente de a pie.
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