1.- Primer Gobierno 1985-1990.
El Cine Peruano bajo el Gobierno Aprista. La Dífícil Lucha por Sobrevivir: No se promulgó prometida Ley de Cinematografía.
No es por cierto casualidad que el cine peruano le haya tocado la misma suerte que a las mayorías nacionales en los 5 años de gobierno aprista: Ha tenido que luchar denodadamente por su sobrevivencia, condenado a la existencia vegetativa que le otorga el obsoleto marco legal vigente.También, como le ocurrió a buena parte del pueblo peruano, los cineastas fueron victímas de las promesas incumplidas del populismo. La cosa comenzó aparentemente bien. El doctor García prometió a los cineastas que promulgaría una nueva Ley de Cine para reemplazar a la 19327, con casi 20 años encima. La gente de cine le creyó y en año y medio de trabajo tuvo listo el Proyecto de Ley de Cinematografía más avanzado del continente.
Lo restante es historia conocida, historia de batallas interminables para que el proyecto pasará del Ministerio de Justicia al Consejo de Ministros y de éste al Parlamento, donde – modificado y reducido a lo esencial en diputados – terminó ahogándose en la playa: Fue aprobado cuando ya no había lugar a que hiciera lo propio el Senado. Y lo probable, salvo un milagro, es que allí duerma para siempre.
Lo restante es historia conocida, historia de batallas interminables para que el proyecto pasará del Ministerio de Justicia al Consejo de Ministros y de éste al Parlamento, donde – modificado y reducido a lo esencial en diputados – terminó ahogándose en la playa: Fue aprobado cuando ya no había lugar a que hiciera lo propio el Senado. Y lo probable, salvo un milagro, es que allí duerma para siempre.
Los cineastas consiguieron In Extremis la renovación de la vieja 19327, que alarga la vida a un cine sin posibilidad de expandirse, condenado al raquitismo. Pero no fue está la única frustración del período : Habría que referirse a los Dos CICLA (*) realizados durante el premierato del Dr Alva Castro y bajo el espejismo de las vacas gordas determinadas por la existencia de reservas en el B.C.R (Banco Central de Reserva del Perú).
Ambos CICLA tuvieron su capítulo dedicado al cine, permitiendo la exhibición de unas 60 cintas del cine latinoamerico en Lima. Lujo inédito jamás registrado antes y que por cierto quedo como flor de un día. No soló porque cuando llegó el período de vacas flacas los CICLA desaparecieron, sino porque ni una sola de las cintas mostradas logró pasar a la cartelera comercial y ser estrenada.Los CICLA fueron un lujo de vitrina , un retórico saludo a la integración del continente que nunca pasó de las palabras. Más hubiera valido, con el dinero gastado, comprar el derecho de 4 o 5 peliculas latinoamericanas y lograr su estreno comercial, asi por lo menos hubieran superado el marco de las pocas centenas de happy Few que las vimos entonces.
El período 1985-90 registra, pese a todo, una veintena de largometrajes, lo cual da un promedio de 4 por año. Promedio desde luego engañoso ya que hubo algún año con apenas 2 estrenos y otro con 6. Y hubo películas que tardaron 2 o hasta 3 años en concluirse. Tal vez el aporte máximo del período estuvo dado por la aparición en la pantalla nacional de un tema hasta entonces tabú: El Terrorismo . Ese fue el tema de una obra mayor, como La Boca del Lobo, y de un largo debut , interesante a pesar de sus defectos: Ni con Dios ni con el Diablo, de Nilo Pereira.
El cine peruano desafió tabúes al afrontar este tema e hizo bien. Pero la osadía no tuvo continuidad con otros males del periódo: El Narcotráfico o la corrupción , por ejemplo, que siguen esperando cineastas que los traten sin inhibiciones. El debut más talentoso del quinquenio : Profesión detective, de José Carlos Huayhuaca, fue también el más desafortunado. La cinta del critico y cineasta cusqueño , un valioso intento de trabajar nuestra realidad a partir del cine de género, no logró superar la semana de exhibición y su autor no ha encontrado hasta ahora manera de montar un segundo proyecto.
Otros debutantes fueron Luis Llosa (Misión en los Andes, Calles Peligrosas), quien ha logrado mantenerse proporcionando cintas a los círculos de video o salas de segunda en los EE.UU y haciendo un cine de acción que traslada los más burdos esquemas de la serie “Z” a la americana. Ha asociado a esta tarea a un cineasta de gran interés como Augusto Tamayo San Román, quien por ser largo de inicio “La Fuga del Chacal”, no merecia tal suerte. Tamayo ha dirigido dos largos producidos por Llosa para el circuito de Roger Corman que ni siquiera se han estrenado entre nosotros (su versión orignal como ocurrió con “Calles Peligrosas” es en inglés) y recién está tratando de montar un “Retorno del Chacal”” que lo devolvería al cine peruano , siempre desde un tratamiento de género.
Martha Luna tuvo un debut discreto y con buenos apuntes en “Confidencias” , biografía de Chabuca Granda saboteada por el circuito comercial, y Marianne Eyde continuó la vena rural que ha hecho suya con Los Ronderos. Alberto Durant estrenó “Malabrigo” , policial que no convenció. Vuelve cuatro años después , con “Alias , la Gringa” , su tercer largo, aún en fase de acabado. Por su lado el Grupo Chaski , logró prolongar la propuesta de Gregorio(1984), en un segundo largo : Juliana, de gran comunicatividad con el público , que sintonizó bien su vena urbana y su final optimista y utópico. Juliana fue la cinta más premiada del quinquenio y hace esperar con interés el 3° largo de Chaski.
Quien retornó al largometraje con el único largo de abierta propuesta experimental del período fue Armando Robles Godoy , que había interrumpido su trabajo en este campo desde 1974 con “Espéjismo”. Esta vez realizó “Sonata Soledad”, en 3 episodios, 16 mm, y en blanco y negro . Es una propuesta osada dentro del cine peruano , pero sólo la encontramos lograda en una de sus 3 historias, que acerca intenciones a resultados.
El quinquenio trató mal al más prolífico de los cineastas peruanos: Federico García , quien no encontró el aliento de Kuntur Wachana o Túpac Amaru. Su trilogía histórica (que fue de más a menos) se cerró con una cinta fallida: El Socio de Dios, ficción sobre la vida del cauchero Arana. García ha intentado este año un debut en la comedia con “La Manzanita del Diablo” , su sétimo largometraje y sin duda el peor de todos.
Francisco Lombardi, logró una apreciable madurez en los 3 largos que ha dirigido en el quinquenio. La ciudad y los perros, versión de la novela de Vargas Llosa , mantenía una fidelidad a la obra de base pero era a la vez una adaptación inteligente y autónoma. Su contenido sincroniza más bien con el clima del segundo belaundismo ( que se caricaturizó a sí mismo) y habría que verla en función del quinquenio anterior. “La Boca del Lobo” , obra mayor del cine peruano , permitió al cineasta tacneño ampliar su registro y encajar de lleno con lo que ha sido este período : Violencia, guerra sucia, desprecio por los derechos humanos , enfrentamiento entre lo costeño y lo andino , desconcierto. Será, a no dudarlo, una cinta de referencia.
Pero el cineasta ha sobrepasado esta capacidad testimonial en su siguiente trabajo : Caídos del Cielo, que debe estrenarse hacia fin de año , pero que ya hemos visto. Tres historias en la Lima de hoy, la desolada Lima que deja el quinquenio aprista, la de la crisis económica y el sálvese quien pueda. Ya habrá ocasión de retornar sobre esta cinta clave del cine nacional, que nos parece la más representativa de un período de deterioro material y moral, aquí reflejado por entero, pero interesa situarla de lleno como el testimonio desgarrado sobre una época sin respuestas. Lombardi , cierra en ella un capítulo importante de su obra, y lo hace con su mejor trabajo.
El Cortometraje:
Pocos han sido los cortometrajes con obra consistente en este período a diferencia de lo que ocurrió en el anterior. El mayor , sin discusión posible , fue Gianfranco Annichini, quien estuvo cerca de lograr su obra maestra con “ Una Novia en Nueva York “, y dio a nuestro cine su corto más premiado y entrañable con “Radio Belén”.
Otro nombre que persevera en una obra personal en este difícil ´género es Jorge Suárez, apegado al documental ecológico que domina a la perfección , aunque a veces luzca inspirado y en otras lo gane el oficio. Nelson Garcia y José Antonio Portugal hacen figura ,a estas alturas, de veteranos. García logró un trabajo entrañable con “Canción para un cine cerrado”. Portugal no ha superado el nivel de su memorable “Crónica de dos mundos”, pero sus trabajos (crisis obliga) se han hecho raros.
De la generación que se ha incorporado en el quinquenio al cortometraje mencionaremos algunos trabajos de Juan Carlos Torrico (mucho mejor en el corto que en el largometraje) y Edgardo Guerra. El último festival de cortos descubrió un predominio por la ficción , pero todavía con ánimo un tanto escolar ( de escuela de cine). Había pocos trabajos que trascendieran este nivel. De todos modos, y si es que el cine nacional sobrevive a la crisis, estos intentos merecerían continuidad.
(*) Los CICLA fueron dos eventos culturales que comprendian varias disciplinas: Literatura, teatro, artes plásticas, y cine , entre otras.Se realizarón en los años 86-87 , en cuanto a cine se exhibieron , básicamente , películas Latinoamericanas. Dichas actividades fueron gestionadas , auspiciadas, financiadas por el gobierno aprista. En el primer año la mayoría de las funciones se dieron de forma gratuita tanto en cines comerciales como en centros culturales. Para ver estas películas se tenía que hacer largas colas , durante varias horas, para recabar los pases libres. Incluso el gobierno invito : Actores, directores, técnicos, etc , de estos países para que den conferencias. Ya en el 2° año se cobraba la entrada a los cines y se redujó la participación de artistas extranjeros.
El Cine Peruano siguió sumido en la crisis motivada en gran parte por la indiferencia del Estado que incumple la Ley de Cine pese a los esfuerzos del Conacine (Consejo Nacional de Cinematografía), por revertir la tendencia . Una campaña “Cineastas en Pantalla” , llevada a cabo por realizadores , actores, técnicos de nuestro cine en noviembre, hizo público que el Estado apenas si ha entregado en 10 años el 15% de los aportes a los que está obligado por la Ley. Hubo ofrecimientos del nuevo gobierno para colmar la deuda , pero al final culminaron en una gran decepción,pues los recursos consignados a Conacine son aún menores que con el toledismo.
Como ya es tradición , los cineastas tuvieron que hacer las mismas desesperadas gestiones para que Torre Tagle pague la cuota peruana a Ibermedia, un fondo de financiamiento al que se paga como uno y presta el triple de lo entregado, y que es en los hechos el apoyo económico más constante con que cuenta nuestro cine.
Pese a lo anterior, se estrenaron 5 largos, de los cuales 4 fueron óperas primas, 2 muy fallidas. Peloteros (Coco Castillo), y Talkshow (Sandro Ventura) y otra correcta : La Prueba (Judith Vélez). La cuarta , que también fue la cinta más polémica del año, descubre a una cineasta talentosa y de la que puede esperarse mucho , nos referimos a Claudia Llosa y “Madeinusa” , laureada con una docena de premios internacionales. El último estreno fue “Mariposa Negra” , largo 13 de una ambiciosa trilogía sobre el período fujimontesinista. Obtuvo el Premio Glauber Rocha del Festival de Montreal.
Carecemos de espacio para hablar de la activa producción de cortometrajes que pese a tener todo en contra y ni siquiera pantallas regulares donde exhibirse , prosigue. Lo mismo podemos decir del interesante movimiento de largometrajes que se desarrolla en el interior del país y que, dentro de las limitaciones de todo cine paupérrimo, logra generar su propio círculo de espectadores.
2007: Siguió sumido en crisis, aunque con posibilidad de afrontar un mejor año ( hay 8 proyectos en curso) gracias a que el Estado decidió entregar al Conacine al menos 2 millones de los 7 a que está obligado por la Ley de Cine. En este sentido , la campaña “Cineastas en Pantalla” , llevada a cabo por realizadores , actores y técnicos de nuestro cine, tuvo éxito parcial. Claro, los cineastas tuvieron que hacer las mismas desesperadas gestiones para lograr que Torre Tagle pague la cuota peruana a Ibermedia, un fondo de financiamiento al que se paga como uno a cambio de obtener en adelantos el triple de lo entregado , pero varios proyectos en desarrollo pudieron recibir una ayuda económica que difícilmente obtendrían de otra fuente.
Este año solo pudieron estrenarse 3 largometrajes peruanos. Uno de ellos es algo de lo más fallido e impresentable que se haya producido en estos lares: La Gran Sangre (Jorge Carmona). En otro nivel, Augusto Tamayo pudo por fin mostrar : Una Sombra al Frente que , lástima , representa un retroceso respecto a El Bien Esquivo, su anterior y valiosa cinta de época. Por último y presentada de cualquier manera se dio Muero por Muriel, ópera prima del guionista Augusto Cávada que reniega de ella y con razón, tal como aparece en el ecran es apenas el fantasma de una película que , rodada y trabajada en condiciones normales, hubiera podido tener algún interés.
Carecemos de espacio para hablar de la activa producción de cortometrajes que pese a tener todo en contra y ni siquiera pantallas regulares donde exhibirse , prosigue. Lo mismo podemos decir del interesante movimiento de largometrajes que se desarrolla en el interior del país y que, dentro de las limitaciones de todo cine paupérrimo, logra generar su propio círculo de espectadores.
2008: Mejoró en algo su calamitosa situación gracias a que el año pasado el Estado decidió entregar al Conacine ( en gran parte debido a la persistente gestión de Rosa María Oliart ) 2 millones de los 7 a que esta obligado por la Ley de Cine, lo que permitió el rodaje o acabado de varios largometrajes. Al parecer, este intento de aumentar en lo posible la cuota de la ley continuará, pues se ha anunciado una mejora de 01 millón de soles para este año, lo que permitirá convocar, hecho excepcional , hasta 5 concursos en 2009. Del mismo modo, la puntual entrega de la cuota peruana al Fondo Ibermedia permitió que los cineastas retirarán el triple en préstamos , siendo beneficiados con adelantos a la producción de varios proyectos. Hay 8 largos en producción para el 2009, un par de ellos ya rodados.
Este año pudieron estrenarse 5 largometrajes , aunque uno de ellos “Vidas Paralelas” (debut de Rocío Lladó), es una obra de encargo por las FFAA. Con las otras nos movemos , felizmente en otro nivel . La mejor , sin duda es Un Cuerpo Desnudo , nueva vuelta de tuerca de Francisco Lombardi a sus obsesiones personales en una obra concentrada y con estupendos actores-personajes. “Dioses” de Josué Méndez, es una cinta distinta a Días de Santiago ( lo que no está mal) y un acercamiento a un sector de la clase alta limeña a partir de una mirada cuya neutralidad no evita sino en unos cuantos momentos caer en ciertos clichés al uso. Pese a todo, hay ahí un esfuerzo por narrar de modo personal , algo que se agradece.
“Pasajeros” (debut de Andrés Cotler) retoma la ruta trazada por el cine peruano en los 70 y 80 a través de una historia de supervivencia. Sus mayores virtudes son algunos momentos actorales, en una lectura pesimista en un pasado inmediato que tiende a prolongarse. El Acuaralista (Daniel Ro, 3° debutante del año) nos parece una obra fallida, pese a su impecable acabado.
Carecemos de espacio para hablar de la activa producción de cortometrajes que pese a tener todo en contra y ni siquiera pantallas regulares donde exhibirse , sigue asegurando un relevo.Algunos concursos anuales, entre ellos uno muy bien dotado en premios que organiza la Filmoteca de la PUCP, le están prestando la atención que merece. Algo similar puede decirse del movimiento de largos que se desarrolla en el interior del país y que, dentro de las limitaciones de todo cine pobre, logra generar su propio circuito de espectadores. Este año, por primera vez, contará con el apoyo de uno de los concursos de Conacine.
2009: El año parece marcado por el triunfo de La Teta Asustada, el 2° largo de Claudia Llosa, una mirada personal y metafórica a la violencia que obtuvo para su realizadora el Oso de Oro del Festival de Berlín (el máximo galardón obtenido por una cinta peruana) y el Gran Coral del Festival de La Habana y que contó con una respuesta favorable del público que llevó 250 mil espectadores a las salas. Otros estrenos fueron Tarata (Fabrizio Aguilar), también 2° largo del realizador de Paloma de Papel, lamentablemente menos logrado que su ópera prima y Cuatro , un retorno del largo de episodios como vehículo de expresión personal, con aportes de Frank Pérez Garland, y Sergio Barrio y en menor medida de Bruno Ascenzo y Christian Buckley.
Si hay una continuidad garantizada para el cine peruano en el 2010 se debe a dos fuentes de financimiento : Los 240 mil soles prometidos a Conacine ( y en gran parte obtenidos debido a la persuasiva labor de Rosa María Oliart en este organismo) y los 267 mil dólares proporcionados por el fondo Ibermedia en ayudas a la elaboración de guiones y producción.Se ha conseguido que Torre Tagle no escatime pagos a Ibermedia y que el MEF entregue parte de lo que la ley de cine otorga al cine peruano, lo que al menos da para financiar concursos de cortos y largos.
Carecemos de espacio para hablar de la activa producción de cortometrajes que pese a tener todo en contra y ni siquiera pantallas regulares donde exhibirse , sigue asegurando un relevo. Algunos concursos anuales, entre ellos uno muy bien dotado en premios que organiza la Filmoteca de la PUCP, le están prestando la atención que merece. Algo similar puede decirse del movimiento de largos que se desarrolla en el interior del país y que, dentro de las limitaciones de todo cine pobre, logra generar su propio circuito,
2010: El año pasado estuvo marcado por el triunfo de La Teta Asustada, de Claudia Llosa en Berlín, que se prolongó este año debido a su nominación al Oscar. La cinta acumuló 250 mil espectadores, lo que no fue el caso de los 7 largos estrenados en las salas comerciales. No pudimos ver “Rehenes” (Bruno Ortiz León)y no nos gusto “Ilary” (Nilo Pereira) pero si los restantes que constituyen una buena cosecha en las que se alternaron cintas de “Veteranos” como Francisco Lombardi (Ella), y Augusto Tamayo (La vigilia) con óperas primas como Contracorriente (Javier León), Paraíso (Héctor Gálvez), y Octubre (Daniel y Diego Vega). El film de Javier León obtuvo 16 premios internacionales, el de Héctor Gálvez resultó galardonado en Huelva y Octubre se convirtió en la primera cinta peruana en ganar unpremio en el prestigioso Festival de Cannes.
Se ha criticado a estas películas el no haber tenido llegada con el público, lo que no debe ser atribuido en modo alguno a sus autores (ninguna de ellas era “Hermética” o tenía vocación minoritaria). Esta es una tarea pendiente del cine peruano , que solo se logrará en la medida en que se hagan más películas y se logre diversificar el gusto del público, deformado por la bazofia hollywoodense que puebla la cartelera.
El año acabó en un lamentable batalla que enfrentó a los dos gremios que agrupan a los cineastas. Nuestra opinión sobre la Ley de Masificación Cinematográfica y Fomento a la Producción la hemos expuesto en este diario y no la vamos a reiterar aquí. Tal como fue aprobada , además, la ley tenía el problema de perder lo seguro para ganar lo incierto, pues resultó derogando los artículos 17 y 24 de la actual Ley de Cine, que son los que alimentan el
Fondo para el corto y el largometraje. Menos mal tras la batalla vino la tregua, y el pasado martes ambos gremios se pusieron de acuerdo, de modo que los artículos cancelados sean restituídos y se replantee el porcentaje del impuesto municipal que se asignaría al Conacine . Ojalá la unidad recuperada permanezca.
2011: Este año no tuvimos nada parecido al fenómeno de La Teta Asustada (Claudia Llosa) pero sí el debut de Rosario García Montero , quien aportó la mejor ópera prima de nuestro cine en un buen tiempo: Las Malas Intenciones. Hubo también algunos estrenos demorados como los de Y si te vi no me acuerdo (Miguel Barreda), y El inca, la boba y el ladrón (Ronnie Temoche) y otros francamente fallidos como Bolero de Noche (Eduardo Mendoza) y El Guachimán ( Gastón Vizcarra) , Judith Vélez estrenó en el CCPUCP un documental de largometraje sobre la búsqueda y captura de Abimael Guzmán.
El cine peruano sigue teniendo un problema de llegada a su público natural, algo que no debe ser atribuido en modo alguno a sus autores ( ninguno de ellos con vocación hermética o minoritaria) sino al desacostumbramiento del espectador nacional ante un cine que estrena apenas 4 ó 5 cintas al año y que además tiene el gusto deformado por la bazofia hollywoodense que le obligan a consumir. Es una tarea pendiente que solo se logrará en la medida en que se hagan más películas peruanas y se logre diversificar la producción.
Un hecho negativo para nuestro cine fue la pérdida de autonomía del Conacine (Consejo Nacional de Cinematografía), que fue absorbido por el Ministerio de Cultura, lo que ha paralizado o hecho menos frecuentes los indispensables concursos de cortos y largos, justo en momentos en que se abrían al cine hecho en el interior del país. Sin embargo, hay que decir que la actual coyuntura es la mejor en muchos años para poder sacar adelante un proyecto de Ley de Cinematografía y Audiovisuales, tarea a la que ya se encuentra dedicada una comisión de cineastas.
Investigación-transcripción: César A.Pereyra Ravello.
Investigación-transcripción: César A.Pereyra Ravello.
Bibliografía:
Articulos del crítico de cine Federico De Cárdenas. publicados en el Diario La República , Suplemento Domingo de julio 1990 hasta enero del 2012.
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